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Plan de recuperación vital

En medio de la nebulosa mental que me asiste, a veces vuelvo a la playa de los instantes vividos, a recoger esos restos de memoria que se d...

jueves, 10 de noviembre de 2016

He de dar gracias

<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjuDo_LDnn2odwVzVxEB5vaKbYHUcEPAqbu2t-SD4DDM0DcNDbY73AENbOGK_i7hedMP9VPCO71O5gkOsvxCLyavQJEtKYz84-SPjGP0F_02fNDFkpkoznGBeBZsZKeulaKCdQhsGfrZ3rk/s1600/ExperimentalRosaB.jpg"
No hay música, no hay canción ni poema que me rescate. Dudo entre la sombra que se me asemeja y la realidad de lo que soy. Tengo miedo. Me habita un miedo indecente, un run run que gobierna mis ideas y paraliza con su asfixiante materia gris las alas del pájaro que fui. Siento respeto hacia el túmulo de palabras ahogadas que navegan en este interior desposeído de aquella vital razón de mundo que hoy apenas sale a flote en esta superficie de deseos, sueños y ansias de vivir la vida a dentellazos. 
Este es mi esfuerzo. Mi desorientado aliento por cumplir ese compromiso vetusto que nos puso en el camino, en la iniciática búsqueda de la esencia de las palabras, en la aventura de capturar las frases para soldarlas a la interminable historia que narramos. Por ello, he tragado con un licor de rocas los negros días de una pesadilla inmensa y amanezco casi a un nuevo paisaje de esperanzas y tengo que resucitar de lo que me arrancó la muerte. Esa cruel compañera que se guarece en las hendiduras del sueño y aparece investida de urgencia para marcar en el tablero los movimientos de un juego que gana.

martes, 1 de noviembre de 2016

666destinosextremos

Cuatro días de vacaciones por delante y un no saber qué hacer. Ningún plan apetecible que no hubieran experimentado ya. Andaban buscando destinos con encanto, rutas de senderismo o escapadas gastronómicas donde disfrutar sin preocupación de buena comida y bebida y de un hotel de lujo con spa y bellas vistas, cuando el soniquete de aviso del correo electrónico acababa de abrirles una puerta a algo nuevo, una cita con el terror. 

666destinosextremos le anunciaba que eran la pareja número once seleccionada para pasar el puente de Todos los Santos en la aldea Cantoslungos, un diminuto pueblo de la Galicia inhóspita y despoblada. Un recóndito lugar ruinoso en el que decimonónicas casas de piedras se mantenían difícilmente en pie, empañadas por el olvido y que volvían a la débil luz de los días como reclamo turístico para vivir experiencias límites relacionadas con la supervivencia o retar al miedo. Tras leer minuciosamente la hoja de ruta de la propuesta, a Javier y a Lina les pareció una idea sugerente. El único detalle que les hacía dudar era la previsión de abundante lluvia en la zona. Pero a su vez, esta incidencia también se les antojó un plus que abundaría en el ambiente tétrico y mitológico del lugar. 

Preparado el equipaje, a las 17:00 horas del viernes 30 de Octubre estaban en la puerta de la estación de Chamibanoya para coger el cercanías de las cinco y media hasta llegar a Puerto Luna, desde donde un pequeño autobús les dejaría ante las puertas de la desvencijada Villa Violeta, un enorme pazo sombrío y escondido en el que pasarían dos noches, la de llegada y la noche de Halloween, La programación era la siguiente: 

domingo, 30 de octubre de 2016

Hastío

No hay conjuntos vírgenes ni palabras frescas. Las voces destilan alientos mal sanos y la miseria sigue anegando corazones. Hastío es el rey de las noches, silencio es la pista de las horas y los días expresan una comunicación manchada con goteras que obedecen a la grasa impermeable de la vieja manipulación de los tiempos. 
Sangran las nubes un llanto con son de blues y metáforas de imposibles, boleros descomponen la carta de presentación que no acierto a concluir y entre tanto el tiempo huye acelerado dejándonos arrugas y otros gestos, embaucándonos con ternuras de escaparates mientras que, los trenes viajan a velocidades extremas como esos amores que se cuelan en la agenda sin orden ni permiso.
Y aquí me hallo, entre el esqueleto de la noche, lloviéndonos por dentro y mojando la sed voraz que acarrea el desierto de los días. 

martes, 25 de octubre de 2016

En el río de la vida II

Las escarchas van dando paso al líquido preciado que porta la esencia de lo que somos. Se derriten las paredes glaciares del abismo anterior y el interior se revela al pasmo abriendo el tragaluz a los nuevos amaneceres. Tomo tierra en una isla conocida y me cobijo en el sol que danza en las alturas. Aquel viaje sin destino se detiene en un puerto de confianzas tímidas, es un receso en el dolor del alma para tomar las coordenadas y seguir el camino. Aún, el cansancio acompaña a la mañana y en los ojos se detiene ese filtro de tristeza cual pasaporte de tributo y homenaje para quienes ya sólo están entre tus carnes. Mereces, -piensas-, creer, salir a los días y recibir. Desde arriba trabajan en armonía trazando líneas de rescate. No se olvidan y movilizan legiones de mensajes para que encuentres en ellos un respiro y un inventado sabor de calma. La lucha por ser debe continuar. La recuperación construye una escalera de accesos y desafíos. El hueco hondo de las entrañas, como tierra seca, se despide de la nieve eterna, cesa en su obstinación de baldío y me concede, atrás quedaron las batallas, dos latidos nuevos. Dos sueños, dos deseos, dos proyectos que crecen y se desperezan para nacer a la vida.  

lunes, 24 de octubre de 2016

En el río de la vida (I)

Sumergida en el río de la vida, a contra corriente me encontré con un mar cuajado de témpanos. Entre el hielo y la parálisis del frío, nadando, mantuve en superficie los restos del naufragio. Un cruel viaje del que no hay retorno y que aprendes a llevarlo como un documento más en la cartera. Fueron meses de silencio. De atonía y de comprobaciones rotundas. Ves que la distancia que lleva a la felicidad es un espejismo, una ilusión que nos recorre y nos amamanta con sabores breves. Asumes que la ausencia es la huella que deja la muerte; falta que oprime la energía y bloquea la autonomía del ser. Sólo te queda el recuerdo como dócil antídoto y material paliativo para no dejar de tener lo perdido. No posees más que la luz de tu hogar.

jueves, 6 de octubre de 2016

Plan de recuperación vital

En medio de la nebulosa mental que me asiste, a veces vuelvo a la playa de los instantes vividos, a recoger esos restos de memoria que se desperdigaron por la orilla como las conchitas de mar que hacen las delicias de los buscadores de piedras bellas. 

En ese reguero de descuidos está la infancia, la ilusión desbordada y los amores ocultos. 

Ya da miedo pasear hacia atrás porque el presente se viste de una realidad que evidencia que nunca más seremos lo que fuimos, que la locura adolescente no volverá a dejarnos noches en vela hablando de poetas, fumando lo prohibido y lanzando la arrogancia a borbotones por las ventanas abiertas de nuestras almas.